“Los caballos con problemas en la boca a menudo luchan por ceder cuando se montan, tienden a moverse con el cuello al revés y la espalda hundida”, afirma el veterinario Ids de Boer, de la Clínica de Animaes Emmeloord. “Los problemas con el cuello y espalda pueden ser (parcialmente) causados por problemas dentales”.
Siguiendo el consejo de un fisioterapeuta, un Frisón castrado de 8 años fue llevado a la Clínica de Animales Emmeloord para una prueba de rayos X del cuello y espalda. Debido a problemas montado, el caballo ya había sido revisado por un fisioterapeuta en varias ocasiones. Todo transcurrió sin problemas hasta el nivel L2, pero en las ultimas pruebas de M1 los comentarios sobre el protocolo con frecuencia señalaban que el caballo estaba demasiado apretado, que necesitaba desarrollar mas curvatura en el cuerpo y necesitaba un mejor contacto en la rienda.
El propietario indicó que el caballo había sido sometido a un examen clínico y de rayos X en el momento de la compra, cuatro años atrás, un experto le había ajustado la silla de montar para que se ajustara al caballo, se llevaron a cabo controles dentales y un tratamiento de rutina por parte de un fisioterapeuta durante todo un año. El examen físico reveló movilidad restringida del cuello y de la espalda. Sin embargo, al tocar su mandíbula se desencadenó una reacción clara del caballo y aún mas sorprendente fue que la movilidad de su mandíbula inferior en relación con la mandíbula superior que se mostró bastante restringida.
Realizar un control dental exhaustivo de este caballo no fue un problema con la ayuda de sedantes y paliativos. El uso de un espéculo bucal permitió realizar un control minucioso y profundo en la boca y administrar el tratamiento. Los primeros molares en la parte frontal de la mandíbula inferior estaban ligeramente elevados. Especialmente en la parte posterior de la boca se encontraron diferencias considerables en el nivel, así como algunos picos afilados. Para el propietario, esto fue un poco decepcionante, ya que se había asegurado de que el caballo recibiera atención dental cada año. Los dentistas equinos generalmente hacen bien su trabajo, aunque también vemos que el tratamiento realizado manualmente y sin sedante afecta la calidad óptima del tratamiento.
“Corregir las diferencias de nivel, raspar ligeramente los molares frontales e igualar los dientes resultó ser una gran mejora. Recientemente, el propietario nos informó que los problemas de conducción habían desaparecido y no habían vuelto. Ids de Boer concluye que el caballo se mueve mucho mejor a través de su cuerpo y responde muy bien con un contacto fino y estable en la boca.